6.26.2012

Entras en mi mente cual ave extraviada,
perdiste tu rumbo y te anidaste en mi alma,
buscando alimento ansías mi corazón...

Ven y devóralo,
es tuyo,
te pertenece desde siempre...

Pero qué hago yo ahora sin él?

Quédate aquí junto a mí para que así al menos esté conmigo dentro de ti...
Bebes mis palabras como si fueran lo único que necesitas para calmar tu sed...
Mis palabras hacen eco en ti cual si de verdades universales y eternas se trataran...

La eternidad se parte en dos cuando llegas...

Se abre,
se divide,
para hacernos un espacio que el tiempo no toca.

En el cual no pasa nada más que tú y yo compartiendo,
viviendo,
yo con ansias de ti y tú con ansias de mí.

No se por qué me da tanto miedo aceptar todo esto que estoy sintiendo,
yo creo que porque sé lo imposible que es el pensar en un tú y yo,
es tan extraño...

Sé que conoces cada una de mis piezas y engranajes
y estoy conciente de que encajan perfectamente con cada uno de los tuyos
pero...

¿Por qué el destino es tan cruel?

Caminamos solos por este mundo,
finalmente nos encontramos,
sólo para saber que no podemos pertenecer a quien pertenecemos...